Había una vez una tortuga llamada
“Tortuguita” que tenia 6 años y no le gustaba mucho ir al cole, porque
pasaban muchas cosas que le hacían enfadarse mucho, gritar, patalear y
pelearse con los demás. Sólo quería dibujar y pintar. No quería
colaborar con nadie. Todos los días tenía problemas con los compañeros,
con la profesora…y después se sentía muy mal y triste.
Un día encontró a una tortuga muy mayor
que le dijo que quería ayudarla y le dijo: “Te contaré un secreto” –
¿Cuál?- preguntó Tortuguita. Tú llevas encima de ti la solución a tus
peleas, insultos, líos, gritos y rabietas, pero, ¿qué es?, insistió
Tortuguita. Es tu caparazón –respondió la vieja tortuga Puedes
esconderte dentro de él cada vez que vayas a enfadarte, gritar,
molestar, insultar, pelearte,…
Y dentro de tu concha te sentirás a
gusto y tranquila. ¿Y cómo se hace? – preguntó de nuevo Tortuguita.
Encoge los brazos, las piernas y la cabeza y apriétalas contra tu cuerpo
Cierra los ojos y piensa: Estoy más tranquila, no voy a pelearme, no
voy a molestar a nadie.
A continuación Tortuguita practicó un
poco y la tortuga mayor le dojo: -¡Muy bien! Lo has hecho muy bien.
Hazlo así cuando vayas a la escuela.
Al día siguiente Tortuguita se fue al
colegio y en un momento de la mañana empezó a enfadarse porque un
compañero le había dicho una cosa y antes de chillar, patalear,
insultar, pensó: He de poner en práctica lo que me dijo la tortuga
mayor: meterme en el caparazón. Así lo hizo y no hubo ninguna pelea,
ninguna rabieta, ningún grito.
La profesora y los demás compañeros la
felicitaron. Tortuguita estaba muy contenta. Siguió haciendo lo mismo
cada vez que pensaba que iba a portarse mal y la clase estuvo muy a
gusto con ella.